martes, 17 de marzo de 2015

Actividades para animar a la lectura



Autor: María Sanchez

Hasta aquí todo va de fábula, nunca mejor dicho, pero que pasa si no nos sentimos inspirados a la hora de proponer actividades a nuestros hijos, bloqueamos y la creatividad se nos disipa en cómodos plazos a lo largo de la jornada.

Repasemos, tenemos claro que nuestros pequeños necesitan estimulación y más en la etapa  que nos concierne, donde absorben todo como una esponja, a veces incluso más de lo que quisiéramos. No olvidemos que a parte de aprender queremos que disfruten, no son robots y si se pretende formar a un prodigio, éste no es el libro ideal. 

Para los más pequeñines, podemos proponer lo siguiente:

- En láminas (que podemos conseguir por internet o si nos sentimos muy inspirados, los dibujaremos nosotros mismos) sobre el cuento y/o fábula que hemos visto, proponer el juego de la identificación: árbol, mickey, ratón, flor, violín, etc. Todo lo que se nos vaya ocurriendo, a medida que el peque lo vaya asimilando y aprendiendo, podemos ir poniendoselo con un grado más de dificultad y añadir, las estaciones por ejemplo que aparecían en la fábula de La hormiga y la cigarra o la primavera en Árboles y flores.

- Dichas láminas podemos darle más uso, aprovechando que estén solo dibujadas, que sean nuestros pequeños quienes las coloreen pero no nos cerremos solo en utilizar rotuladores, plastidecores, ceras o acuarelas, vayamos más allá y por qué no: arroz, garbanzos, hojas y flores,... Incluso algodón. Recuerdo  de haber hecho en mis prácticas como educadora, una actividad para la clase los patitos de 1 año, que consistía en la estimulación del sentido del tacto en el que tendrían que ir distinguiendo y familiarizándose con diferentes telas y texturas: áspero, liso, suave, arrugoso... Así también descubrían ellos y nosotras, lo que les gustaba y lo que les daba más grima. 

- Todavía le podemos dar más juego a dichas láminas, y es formar nuestra propia pantalla de cine o más bien de tele. ¿Qué necesitamos?

* Dos rollos de papel de cocina.
* Una caja de zapatos.
* Tijeras.
* Pegamento y/o celo.
* Telas o papel pinocho para las cortinas si se quiere hacer en forma de teatro.
* Ganas de pasárselo bien.

Pasos a seguir:

Primero, tenemos que hacerle un agujero a la tapa, de tamaño tan grande como la lámina, al menos que se pueda ver la historia que vamos a contar. El otro cuerpo de la caja, le haremos dos agujeros a los extremos para que encajen los rollos de cocina, procurando no llegar al límite de la caja.

A continuación, ya que tendremos las láminas listas, con ellas vamos a hacer una historia, por ejemplo la del patito feo. Entonces vamos a ir pegando por el  borde derecho la primera lámina que da comienzo a la historia con la siguiente lámina en su borde izquierdo teniendo en cuenta que las imágenes las tengamos mirando para nosotros, así sucesivamente de tal manera que se vayan uniendo entre sí. Cuando ya las tengamos, cogeremos por tanto el borde izquierdo de la primera lámina y la pegaremos al rollo de papel higiénico izquierdo, a la vez, iremos también enrollándolas hasta que lleguemos al final y no nos quede otro remedio que pegar el borde derecho de la última lámina al otro rollo de papel higiénico. Luego, tendremos que ir enrollando a la vez ambos rollos para ponerlos en el inicio para contar el cuento. Si queremos adornar la portada, podemos utilizar telas para hacer cortinas o papel de pinocho, podemos pegar botones, o lo que se nos ocurra. También si se quiere, se puede decorar la caja a gusto con pegatinas, pero habría que ponerse a hacerlo primero sin descuidar los agujeros que se tienen que hacer a priori. ¡Et voilá!

Nota: lo podemos hacer más simple o complicado, según nosotros lo veamos, no obstante, esta actividad va más acorde con niños de cinco y seis años.

- Otra idea para hacer dicho cuento de manera más sencilla e igual de divertida es de la siguiente manera: Representación de Árboles y flores. 


¡Queremos más ideas! 

Los disfraces dan mucho juego, podemos representar una sencilla obra grabándonos y todo, con un guión simple pero que se capte la idea o de forma mímica, imitando sonidos y que los demás participantes (familiares y amigos) adivinen de que cuento se trata.

No olvidemos algunos errores y riesgos de la animación a la lectura y/o el acercamiento al cine infantil:

  • Confundir la animación con actividades en torno al libro.
  • Utilizar fragmentos de obras para realizar las animaciones.
  • Transformar la animación en una obligación.
  • Pedir a los niños que realicen un trabajo sobre ese libro. Si no les apetece, no se hace.
  • Que la animación se convierta en agitación.
  • Obligar a los niños a participar en la animación. La animación debe ser voluntaria.
  • Elegir los cuentos en función sólo de nuestros gustos o desde el punto de vista estético o literario. El libro debe elegirse en función de los intereses y el gusto del niño. No impongamos nuestra visión de adulto, a veces es necesario utilizar las gafas de nuestro niño/a interior, para mirar con mejor perspectiva y juntos.

Fuente: 

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